El accidente (Libre)

Hacía un día maravilloso. Iba en mi coche camino de Los Ángeles, a trabajar para un periódico. Había comprado meses atrás un apartamento bien amueblado en el centro de la ciudad, con el dinero que saqué trabajando en mi ciudad natal, y una pequeña herencia que dejó a mi nombre mi profesor de canto antes de morir.
James fue un gran cantante, pero su condición física (era minusválido e iba en silla de ruedas) le impidió triunfar. Y puso en mí sus sueños y sus esperanzas, haciendo de mí un gran cantante. O al menos eso dicen. Tengo varios trofeos de jóvenes talentos, pero ya dejé atrás todo eso. No me encuentro con ánimos de volver a componer. No mientras mi maestro está aún caliente. Murió de cáncer hace tres semanas. Estaba muy ilusionado con que tuviera nuevo trabajo en Los Ángeles, y me motivaba para que buscara un grupo una vez llegara ahí.
Mientras millones de recuerdos fluyen por mi mente, de un acto reflejo soy consciente de que hay algo en medio de la carretera. Piso el freno bruscamente, haciendo que varias maletas se me vallan hacia delante en los asientos de atrás y caigan al reposapies. Me repongo y miro delante. ¿Un accidente? ¿En esta carretera desierta?
Salgo del coche a toda prisa, dejandolo en marcha y con Evanescence sonando en el equipo de música.
Hay dos coches ardiendo, destrozados completamente, y un poco más alejados, un hombre tendido en el suelo, a los pies de una joven rubia con ambos brazos cubiertos de tatuajes.
Se oyen quejidos del interior de uno de los coches. Hay alguien ahí. Tenemos que actuar rápido.
- ¡Ey chica! ¡Reacciona! ¡Llama a una ambulancia!
Me acerco al coche, hay una chica atrapada entre no se sabe bien qué. Si la saco podría empeorar las cosas.
Le doy una palmadita en la cara.
- ¿Puedes oírme?¿Cómo te encuentras?¿Qué te duele?
La chica responde sin abrir siquiera los ojos.
-John...¿cómo está John?
-Está bien, pero ahora contéstame.
-Me duele muchísimo una pierna y la cabeza. Supongo que sólo me la abré roto.-No puede evitar soltar alguna lágrima que otra de dolor.
No parece estar muy mal, sólo atrapada y con alguna rotura leve y contusiones. Me giro a la rubia de los tatuajes, está llamando a urgencias con su móvil.
-Tómale el pulso mientras voy a por toallas y agua a mi coche.- y salgo corriendo hacia mis maletas.

Off: tanto tiempo sin rol que ahora os vais a comer post de 30000 lineas.

Abro a toda prisa una de mis maletas y saco unas toallas. En el asiento del copiloto llevaba una botella de agua, que también recojo, y cierro con el pie la puerta del coche de un portazo. Me dirigo al coche destrozado, donde ha ido la chica rubia, que me dice que la mujer atrapada tiene el pulso bajo, pero está viva.

- ¡Ya se que está viva! ¡Acabo de hablar con ella! ¡Me refería al que está tendido en el suelo!

La verdad es que no me expliqué nada bien. Dejo las toallas en el suelo junto al coche y a las dos chicas y voy hacia el conductor que yace tumbado. Tiene el latido débil, pero está vivo. Tiene quemaduras por todo el cuerpo. Lo incorporo un poco y lo apoyo en mi regazo, conteniéndome las ganas de potar. Le doy unas palmaditas en la cara para que reaccione, pero apenas se inmuta.

- Discúlpame, me pone enfermo la sangre, debo de tener algún tipo de fobia. Estoy muy nervioso. - Cierro los ojos un momento y afronto una presentación, una de las cosas que más vergüenza me da. - Me llamo Nathan Taylor, encantado de conocerte, aunque es una situación incoómoda la verdad...-sonrío un poco y comienzo a sudar. A lo lejos se oyen sirenas. No estábamos tan lejos de la civilización como creíamos.

El hombre volvió muy nervioso, y me gritó cuando vio que estaba con la chica del coche y no con el que estaba tumbado en el suelo. Antes de que pudiera contestarle se fue con él y le tomó el pulso. Dijo que estaba vivo. Me extrañaba mucho, había saltado por los aires después de una explosión. Presentaba quemaduras en un lado de la cara y en parte del brazo del mismo lado. Si se había salvado, debía ser un milagro.

El hombre se presentó, y justo después las ambulancias comenzaron a llegar.
-Yo soy Cora -le dije con voz muy débil.
Me levanté cuando las ambulancias llegaron, y en cuanto el primer ATS se bajó le expliqué lo que había sucedido.

-Casi choco con una vaca, y del frenazo el coche se quedó ocupando los dos carriles. Justo después llegó otro coche al fondo, y parece ser que no me vio, o que no llegó a tiempo... no lo se. -Estaba nerviosa y no sabía bien lo que decía. Mientras les hablaba, ellos se dividieron entre el hombre que había caido junto a mí y las personas que había en el coche.

Recogieron al hombre de las quemaduras y lo subieron a una camilla. La primera ambulancia se marchó en cuanto pudo con él dentro.

-Bien, ahora vamos a intentar sacar a los que hay ahí dentro -dijo otro de los ATS- Apartaos, por favor.

Me alejé de allí un poco y me senté en la tierra, observando mi coche destrozado y a las personas que luchaban por su vida dentro del otro coche.
Saqué un cigarrillo de mi bolso y empecé a fumar.
-¿Quieres? -le ofrecí a Nathan.

Cora...bonito nombre. Observo a los ATS hacer su trabajo, y de pronto tengo a Cora sentada detrás de mí en la tierra. Me tiende un paquete con varios cigarros. Me giro y me siento a su lado a observar la escena y calmarme un poco.

- No, gracias...no fumo. Estropea la voz y la salud...-sonrío levemente, mientras recuerdo las palabras de mi maestro de canto a los pocos días de conocerme al verme fumando. "Chaval tira eso o acabarás como yo" Mi profesor fumaba mucho, el tabaco le provocó el cáncer. A pesar de todo su voz era maravillosa. Despierto de mi ensimismamiento y miro a la chica, parece sorprendida de que no fume....La verdad es que llevo unas pintas de chungo fumeta...

-¿Te dirigias a Los Ángeles tú también?-digo, mientras bebo un trago de agua.


OFF: Contestarle al pobre Syny!!! D:

-Sí... Tenía una cita con un cliente. Era toda una promesa -dije más para mí que para él-. Pero ahora estará cabreado y pasará de mi cara, y eso sin hablar de las quejas y reclamaciones que mandará a mi jefe. Vaya mierda -dije dándole una calada a mi cigarrillo.

Al ver que Nathan no entendía nada, me aclaré.

-Oh, trabajo como representante para una multinacional. Soy manager de grupos. Bueno, hasta la fecha, sólo de uno. Ya sabes, tíos con chupas de cuero y pintas. -lo miré de arriba a abajo- Algo así como tú. Pasarías muy bien por uno de estos fumetas que le cantan a la libertad y a la anarquía -dije con una sonrisa.- ¿Dónde ibas tú?

Uno de estos fumetas que cantan a la libertad y a la anarquía.....No puedo evitar soltar una sonora carcajada, que no es muy bien recibida ni por los ATS ni por los heridos. Casi olvido que casi la palman, esto es un accidente y no una fiesta..

- Voy a Los Ángeles también, he conseguido un buen trabajo como columnista en un periódico de la ciudad. Me he comprado mi apartamento y voy a comenzar una nueva vida. Y respecto a tu profesión...mi hobby es cantar, tuve una buena preparación y podría desempeñar ese puesto profesionalmente. Estoy falto de dinero, podrías contratarme...- me vuelvo a reír.

Me reí con él. Los ATS volvieron a mirarnos mal, pero me daba igual. Ese pintas estaba consiguiendo sacarme de mi shock y acabar con mi cabreo por no llegar a la cita.
-Sí, claro. Es así de fácil. Yo te contrato durante cinco años, en mi empresa te buscan una discográfica que se adapte a tí y te hacemos millonarios en un par de meses colocando su maqueta todos los días a todas horas.

Esperé un rato; él parecía perplejo. Volví a reirme.
-Las cosas no funcionan así, Nathan. Esto es una mierda. Llevo un par de años trabajando aquí y solo he conseguido un contrato, que por cierto, está apunto de terminarse. Tengo que encontrar lo que me piden, y de momento quieren una banda con cantante femenina y algún loco que haga el parias en las sesiones fotográficas. -Apagué mi cigarro en el suelo con un pisotón-. Aunque desde luego tú congenias con el perfil que estamos buscando... Te faltan un par de guitarras, un batería y un bajista... El problema es eso de ahí -dije señalando su entrepierna.- Buscamos hembras.

Volví a sacar el paquete de Lucky Strike.
-Así que es por eso que no fumas, ¿no?

Suelto tal carcajada que los ATS comienzan a echar humo por la cabeza, mientras terminan de meter a los heridos en las ambulancias.
- Exacto, intento cuidar mi voz lo mejor posible, y respecto a mi voz...tampoco se diferencia mucho de una hembra, pero me sobran cosas supongo -digo, mirándome donde me señaló y volviendo a reírme con ella.- Mi voz es tenor ligero, escucha.
Me sabía el cd de mp3 del coche entero, con su orden, ahora comenzaba a sonar HIM. Ville poseía un registro de voz casi idéntico al mío. La canción en cuestión era "Right Here in My Arms", que entoné casi igualmente mientras Cora escuchaba sin inmutarse.

Nathan comenzó a cantar una canción de HIM. Lo escuché atentamente. Cuando terminó parecía un poco cortado. La gente de la ambulancia estaba flipando con nosotros.
-Bueno, no está nada mal, dije. Podrías grabar una maqueta y probar suerte en algún lado. Yo te contrataría... -le dije acercándome a él-. Pero no depende de mí.
Sonreí.

De repente llegó un coche de policía con la sirena. Se salió de la carretera para llegar al lugar donde estábamos, el lugar del accidente. Me tomaron declaración durante unos diez minutos aproximadamente, y mientras un agente lo hacía, otro hablaba con Nathan. No pude decirles mucho... Lo único que me dijeron ellos a mí fue que mi coche se lo llevaría la grúa al desguace y que el seguro no iba a pagar nada. Una putada en toda regla.

Cuando la ambulancia se hubo marchado, uno de los agentes de policía me preguntó si me llevaban a casa. Me dirijí a Nathan con ojos de cordero degollado.
-Bueno, lo único que he podido sacar del coche a tiempo ha sido mi bolso. No llevo mucho dinero suelto, pero imagino que me dará para un par de cervezas. ¿Qué tal si paramos en un bar de carretera cercano y después me llevas a Los Ángeles? Ya que tu también ibas para allá... -dije poniendo mi mejor sonrisa.- No me gustaría molestar al señor agente...

Tras tomarnos declaración a ambos, la joven rubia se acerca poniéndome ojitos. Se ve a la legua que va a .....u.u

- Está bien, te llevaré.- digo, sonriéndole..

Es que es muy mona!! ¿Cómo voy a decirle que no!?

- Vámonos de este horrible lugar- digo, guiñándole un ojo.- Sube.

Tras despedirnos de la policía y los ATS, subimos al coche, y sin molestarnos, partimos sin ponernos los cinturones. Tras unos metros recorridos, pillamos la indirecta del accidente y, entre risas, nos los ponemos.

Off: Firmita por fin! ^^ Luego me curraré una mejor

Finalmente, Nathan accedió a llevarme él a casa. Genial... El agente se despidió y dejó la zona acordonada. Me monté en el coche del buenorro y me despedí del mío, que había quedado reducido a cenizas.
-Qué desastre. Era mi mejor coche... -digo mirándolo con nostalgia-. Pero en fin, ya vendrá otro. De nada sirve lamentarse.
Mientras Nathan conduce, yo empiezo a toquetear los CDs que lleva en la guantera. Algunos eran bastante buenos. Observo uno de una banda de power metal muy conocida y abro la cajetilla.
-Oh, este lo produjo mi jefe. Tiene muuuucha pasta. Creo que es uno de sus hobbies.
Dejé los CDs en su sitio y me centré en la carretera. Bueno, lo intenté. La vista se me desvió hacia Nathan: adoraba sus pintas. No se veía ningún bar de carretera, ni ningún motel, y yo tenía unas ganas irrefrenables de... una cerveza.
-Deberías grabar una maqueta, en serio. Tienes una voz preciosa... Podría intentar colocarla en algún sitio. Mi jefe y yo... nos llevamos muy bien. Seguro que encuentras algo.

- Sería genial. Me encantaría. En cuanto ahorre un poco la grabaré, a no ser que me lo pague alguien...como tu jefe.- me río- Pero me gustaría mucho incluir en la maqueta un tema sobre mi maestro, llevo intentando escribir dos semanas, pero no hay manera, mi inspiración se esfumó al igual que su vida. Ni siquiera soy capaz de coger bien la guitarra desde entonces....

Aparto la mirada del horizonte y miro a la bellísima chica. Está embelesada mirándome. Juraría que ni respira.

-¿Te encuentras bien? ¿Quieres que paremos en aquella gasolinera? - digo, señalando hacia delante, a un lado de la carretera.

-Sí, estoy bien. -digo sin apartar la mirada de él- Será estrés post-traumático.
Dicho esto, suelto una carcajada riéndome de la situación.
-Pero no estaría mal que parases y nos tomásemos algo. Ya sé que no voy a llegar a la cita que tenía, así que no tengo prisa por llegar a casa.
Sus ojos estaban intermitentes entre los míos y la carretera. Eso me ponía nerviosa. Sólo me faltaba otro accidente. Coloqué mis dedos encima de su mano derecha, que estaba cambiando de marchas, y comencé a acariciarle suavemente.

-Para allí, anda.

En ese momento, algo dentro de mi bolso empezó a vibrar. Saqué el teléfono, pero no me gustó nada el nombre que apareció en la pantalla. Oh, oh.

Descolgué el teléfono y lo aparté de mi oreja para evitar los gritos. Cuando terminó de hablar, volví a acercármelo.
-Lo siento, cariño. Estoy ocupada, luego te llamo.
Acto seguido, descolgué el teléfono. Después de un corto silencio, dije:
-Mi jefe está cabreado.

Tras empezar a sobarme tiernamente la mano, yo la aparté lo más rápido posible de la palanca, llevándola de nuevo al volante. Aquí la gente va muy rápido...no me extraña que hayan accidentes..
La joven empieza a hablar y/o discutir con...¿Su novio? ¿Hola? ¿Su novio es su jefe? ¿Wtf?
Tras colgar, yo ya estoy aparcando en la gasolinera, la cual tiene un pequeño bar en su interior. Estoy algo confuso mientras bajo del coche y lo cierro. ¿Qué quiere de mí? Un rato de mambo y aquí no nos conocemos?. Intento aclarar la mente, quizás las chicas de este estado se comportan así...Definitivamente, necesito salir más. Y una cerveza, sí. También eso.
Mientras andamos juntos hacia la gasolinera miro a la rubia, que tiene la cabeza gacha.

-¿Tu jefe es tu novio? No es bueno llevar y traer el trabajo a casa, Cora.

Abro la puerta con la mano izquierda mientras que con la derecha la invito a pasar dentro.

Escuché callada y miré como me rechazaba. Cuando estuvimos dentro, le contesté.
-Oh, no, qué va. No es mi novio. -Paré un poco antes de seguir, quizás le sorprendiera un poco-. En realidad es mi marido. Verás... era el padre de mi novio, pero lo conocí a él y... bueno, que nunca es lo mismo un hombre hecho y derecho que un niñato de mierda. Tenía más dinero y además, la tenía más... En fin, eso da igual, el caso es que sí, mi jefe es mi marido.

Le sonreí, esperando su reacción.

-Pero no te cortes por eso, estoy acostumbrada a salir sin él. Es un coñazo. Como jefe y como marido. Aunque tiene sus ventajas, por ejemplo, si tú me das tu maqueta, tienes más posibilidades si me las das a mí que a otro comercial de mi misma discográfica. -Volví a esperar, parecía sorprendido- Bueno, ¿aquí es que no tienen camareros? ¿Qué vas a pedir?

Me quedo de piedra al escuchar la historia de "amor" de la joven rubia. Debe ser mentira...pero por la expresión de su cara no parece estar gastándome una broma. Acojonante. Decido zanjar por un momento la conversación sobre ese tema, ya que estoy en blanco, y simplemente me limité a esbozar una sonrisa. Nos sentamos en la barra, esperando que un mugriento camarero se digne a reparar en que hemos entrado en su "bar", si así se le puede llamar a este antro al cual le faltan únicamente las ratas, aunque dudo que no pululen por aquí cuando no las veamos... Sólo quedaban dos taburetes libres, por lo que me siento, además de al lado de Cora, al lado de una chica también rubia, de unos ojos bellísimos y pintados de negro, que está leyendo una revista de Metal. (OFF: C'mon Imel, ¡anímate y rolea con nosotros!)
El camarero viene a nosotros, y simplemente nos mira y hace un ademán con la cabeza, como dándo por entendida la oferta que siempre da.

- Ponme una pinta. Y ponte algo de picar...unas aceitunas rellenas y unas patatas...¿te parece bien, Cora?- le sonrío abiertamente, mientras me atuso el cabello.

-Sí, yo también quiero otra -dije guiñandole un ojo al camarero.

Cuando se fue, me quedé mirando un rato a Nathan. ¿Por qué rechazaba un rato de diversión? Quizá lo había asustado diciéndole que estaba casada, y ya sí que había perdido cualquier oportunidad de pasar un buen rato con él. Escruté discretamente su cuello y su s muñecas en busca de algún tipo de signo religioso: una cruz, un rosario, un santito... No, creo que ese no era su rollo, simplemente no le parecía "moral".
Sonreí.

-Te has quedado mirando a esa tía embobado, ¿eh? -le dije señalando a una chica, que junto a nosotros, estaba tomando un café. -Al menos sé que sí te gustan rubias. Empezaba a tener mis dudas.
Parecía haberlo incomododado.
-Oh, lo siento. Cada vez que abro la boca te hago enrojecer. Ya no sacaré más ese tema si es lo que quieres.
Apuré mi mirada más dulce.

- ¡No me quedé embobado! ¡Simplemente me pareció interesante!, como me lo pareciste tú cuando te encontré en mitad de una carretera bajo el arrasante calor. No se que imagen tienes de mí, Cora!. - dije riéndome. Veía a la chica rara. Algo le ocurría conmigo, quizás esa caricia en la mano quería proponer algo indecente. Pero con lo mal que se me daban las indirectas, ya podría actuar claro. Aunque no me apetecía perder en un lugar como éste uno de mis mayores secretos, por lo que decidí contárselo para no asustarla.

- No me haces enrojecer, Cora. Sólo me incomoda un poco. Nunca he estado con una mujer. - miré perplejo a la rubia, que parecía haberse quedado de piedra. - Esto....soy hetero, por si te surge la duda que a muchos les ha surgido después de conocerme.

Las cervezas y las tapas llegaron a nosotros, la rubia del café ni se inmutó, seguía hipnotizada con sus revistas. Comencé a beber mientras miraba a la rubia, que estaba algo confusa, tonteando con las patatas. Me había dejado la chaqueta en el coche, con la cartera dentro. Vestía una camisa blanca muy ancha, unos vaqueros rotos, mi sombrero y multitud de pulseras y colgantes, así como pañuelos por aquí y por allá.

- Un momento - le dije - tengo que salir a por la cartera.

Salí rapidamente del bar mientras la rubia se quedó allí sin decir nada. Cogí la cartera y volví al local, y me senté, quitándome el sombrero y revolviéndome un poco el pelo. Saqué una tajeta de mi cartera y se la ofrecí a la rubia.

- Me gustaría que nuestra amistad no acabara al llegar a Los Ángeles, ¿qué te parece?. - le susurré, mientras al dejarle la tarjeta en las manos la acaricié lentamente, como si me costara soltarsela.

Cuando me contó el por qué de sus constantes negativas no pude evitar sorprenderme. Dios mío. Me quedé un rato perpleja, intentando ser disimulada, pero no podía. Desde luego ese hombre no tenía menos de 25 tacos. Y... Joder... Si supiera lo que yo hacía ya con diez años menos que él... ¿No había encontrado a la persona adecuada?
Repentinamente se apresuró a añadir que no era gay. Le sonreí. No era lo que estaba pensando, la verdad, pero me gustaba que me lo aclarase; eso decía que no quería que yo me hiciese una idea equivocada, le importaba lo que yo pensase.
Mis ansias de llevarlo a la cama se fueron apagando. Era muy tierno, desde luego que lo era. A pesar de que me hubiera gustado decirle que ya era hora de que se estrenase, y que estaba con la persona adecuada para hacerlo, sabía que no era así. No quería ser cruel ni tampoco una cualquiera que le hiciera pasar la primera vez como un rato más. Así que, no me quedaba más remedio que resignarme.

Sabía que debía ser dulce con él, pero lo cierto es que no sabía qué decirle. Afortunadamente, llegó el camarero y nos sirvió. Nathan se palpó los bolsillos y se disculpó para salir al coche. Le sonreí a modo de respuesta. Mientras estaba fuera, aproveché para darle un buen sorbo a mi pinta.

Al volver, no pude evitar observar una vez más su aspecto. Me encantaba su estilo joven y desenfadado. Adoraba esa sensación de desaliño. Se sentó de nuevo a mi lado, quitándose el sombrero para arreglarse el pelo. Aproveché que sostenía el sombrero con una mano para quitárselo, y me lo coloqué.
-Seguro que queda genial con mis gafas de sol -le dije guiñándole un ojo.
Me ofreció una tarjeta con su número de teléfono.
-Oh, qué detalle.
Cogí la tarjeta y la sostuve entre las manos, jugando con ella.
-No te preocupes, no se acabará aquí. Haré lo que pueda para buscarte un hueco en la discográfica. Puede que te haya encontrado por algo; igual no ha sido del todo un accidente. Ojalá seas ese cliente que ando buscando desde hace tanto tiempo.
Saqué un boli de mi bolso -después de estar un rato rebuscando entre toda la odisea que llevaba en él- y le tomé la mano. Apunté un número ahí.
-También me gustaría que me llamaras si consigues un buen grupo.

Le brindé mi mejor sonrisa. No sé muy bien por qué, pero de repente sentí cariño por aquella criatura que tenía ante mí. Había pasado de ser un canalla buenorro a un niño grande con sensibilidad para la música. Me apresuré a terminar lo que nos habían dejado en la mesa. Temía no estar en el sitio adecuado. Esperé a que él terminase para volver a retomar nuestro viaje y llegar a casa.

Después de liarme a hablar de más y a cagarla como siempre, veo a Cora terminarse rápidamente su cerveza y deborar patatas como una obsesa. Ella había perdido todo interés en mí. Pero bueno, era imposible no decepcionarla...a menos que cambiara mi forma de ser...soy demasiado tímido.
Tras pagarle al sucio camarero, Cora me ofrece de nuevo el sombrero, el cuál le invito a quedarse, debido que tengo muchos. Salimos del bar donde la otra chica ni había levantado la cabeza a mirarnos y nos dirigimos de nuevo a mi viejo pero útil coche. Pusimos música bastante baja y partimos.
Intentamos no ir enfundados con el cinturón, pero aún recordábamos a las víctimas y nos acordonábamos.
El ambiente estaba algo apagado, el día comenzaba a acabarse y estábamos realmente cansados. Aún faltaba un buen trecho para llegar a Los Ángeles....

Off: sooorryyy no estoy inspiradoo xD

Cuando volvimos al coche, sentí una tremenda sensación de cansancio. Había sido una mañana muy larga. Demasiada tensión, supongo. Recordé cómo había estado a punto de ser atropellada por un coche. Si hubiese tardado un poco más en salir del coche, probablemente ahora no estaría ahí. Miré a Nathan. En parte, había sido un golpe de suerte que hubiera llegado. Esa carretera no solía estar frecuentada, y sin embargo él había pasado en el momento oportuno. Lo miré mientras conducía. Él también parecía cansado. Lo observé una vez más detenidamente. Seguramente sería la última. Odiaba conocer a personas por un día que no volvería a ver más, pero al fin y al cabo eran la chispa de mi vida.
Mientras lo observaba, consciente de que él sabía que lo estaba escrutando, recordé que mi cita con el cliente se había ido al traste. Llegaría a Los Ángeles, me alojaría en mi apartamento de soltera que hacía años que no visitaba, y a la mañana siguiente cogería el primer avión de vuelta a casa, donde mi esperaba mi aburrido marido en nuestra enorme casa. Volvería a mi vida de mujer mantenida y ricachona, saliendo los fines de semana por la noche en busca de una copa, un buen amante, y algún grupo que mereciera la pena "cazar".
Era una pena que aquel morenazo con esa peculiar pinta no hubiese querido sacarme de mi monotonía.
Después de echarle la bronca mentalmente a Nathan, me acurruqué en el asiento, y con la música suave y baja de fondo, me quedé dormida. Sabía que aún quedaba viaje, y no quería una conversación incómoda.
-Despiértame cuando lleguemos, cielo -le murmuré antes de cerrar los ojos.


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OFF: Escribe el último mensaje si quieres y cierro. Ya nos volveremos a encontrar ^^. Voy a atacar a Syny y su banda xD.

Novedad: Post con BSO: Poned antes de leer el post.



El viaje fue un poco incómodo. No sabía si realmente Cora estaba durmiendo, o simplemente lo hacía para evitar más conversacion. Era frustrante. ¿Se habría enfadado por rechazar un buen rato con ella? ¿Por qué la gente tiene que ser así? ¿No existen los amigos?. En fin. El viaje fue largo, y aburrido. La chica pasaría de mí, y no sabría más de ella, nunca más. Yo me moriría de asco y fin. Siempre me pasaba lo mismo con las mujeres. Solamente me quieren para un rato. Y yo soy demasiado estúpido y cortado. Debería aprovechar mi juventud más. (Off: Me acabo de dar cuenta de que es un viejo virgen, qué asco de vida xDD A ver si lo violáis pronto que el pobre ha salido mongolito.) Entre pensamientos pronto estaba visualizando Los Ángeles a la lejanía. Fin del viaje. Había sido un buen día, había encontrado una bellísima persona, y lo había pasado genial, a pesar de los muertos en el accidente. Lo que me recordó una letra que comencé a tarear mientras conduciamos hacia nuestra despedida.


OFF: Fin ^^. Qué bonito ha quedado. Perdón Ali, te prometo que algún día conseguirás tirarte a Johnny ^^. Espero que os mole la canción, el video tiene karaoke para si alguien quiere terminar de ver la letra. Puedes cerrar post, Admin ^^. Nos vemos en los bares!!